lunes, 29 de noviembre de 2010

La función de Navidad


Ya era la última clase del viernes, los niños impacientes y nerviosos por el fin de semana y, en especial, porque era el día del reparto de los personajes de la función de navidad. El profesor muy ilusionado, que parecía un niño, hizo el reparto al azar. Fue llamando niño por niño, desde el más travieso hasta el más tranquilo.

El niño alto hacía de José, que casualmente era el personaje que más le identificaba; la niña simpática hacía de mula; el travieso de Jesús; el tímido de rey mago… Hubo desacuerdos, muchas discusiones que el profesor oía y no había contado con ello. El profesor con esperanza de que las discusiones fueran de aquella tarde, comprobó que estaba equivocado, el lunes seguían enfadados entre ellos y pocos conformes con su papel, lo contrario que quería su maestro, el trabajo en grupo y disfrutar de la magia navidad mediante esta función.

El profesor que callado no se iba a quedar intentó convencerles de que el punto de la función no era ser o no el protagonista sino saber trabajar y pasárselo bien.
Aún así no hizo efecto, llegaron hasta el punto en el que ya los alumnos no le daban importancia a la función y los más extrovertidos y gamberros no querían realizarla, cosa que muchos no deseaban y les habían suplicado que la hicieran, a pesar de todo, sobre todo la niña tímida con el corazón enorme, pero estos no reflexionaban.

Semanas pasaron y la función ya casi fue olvidada y los mismos de siempre que intentaban que se hiciera, como la niña tímida ya se cansaron se repetirlo, al igual que el maestro.

Una noche fría de Madrid, la niña tímida sin saber como, enfermó, y su madre corriendo la llevo al hospital, después de las horas de espera, fue atendida y le dijeron el problema, apendicitis, en navidad.

El profesor, triste, que sabía la trágica noticia, se lo contó a sus alumnos y estos reaccionaron preocupados y durante toda la clase nadie habló.
La mañana siguiente el niño travieso que se sentía fatal por el accidente fue a visitar a la niña tímida al hospital, a pesar de que no tenían una buena relación, pero el niño empezó a entender que era el significado navideño. El niño después de la visita recordó todas las veces que la niña tímida había intentado convencer de que si hiciera esa obra y al niño travieso se le puso una sonrisa inmediatamente.

El niño impaciente a la mañana siguiente les comunica a sus compañeros la idea que había tenido y les causó el mismo efecto, una sonrisa, al igual que en el profesor, orgulloso de su clase.

Trabajaron duro y en equipo para que saliera la mejor obra que la niña tímida hubiera visto. Los niños, más ilusionados cada día, traían nuevas ideas y disfraces y toda clase de cosas que mejoraban la función.
Las peleas habían desaparecido, los enfados y el egoísmo, todo iba como el significado de la navidad, mágicamente.

Llegó el día de la operación, la niña tranquila con ese pedazo de corazón no se quejó y la aguantó perfectamente hasta que los médicos le dijeron lo que quería oír: la operación ha sido un éxito. Toda su clase fue a visitarla ese mismo día pero no le dijeron nada de la sorpresa.

La niña contenta de por fin de estar con sus amigos llegó a clase el lunes antes de las vacaciones de navidad y se encontró la clase vacía excepto una carta que decía que fuera al gimnasio del colegio.
Ahí se encontró la situación, todo el gimnasio lleno de padres y un telón que detrás estaban los niños, impacientes por esperar, ella sin moverse se quedó atrás sin saber que se esperaba.

La función empezó y a lo largo de ella fue observando la niña que estaba mejorada y con muchos detalles más que ella había propuesto pero que nadie la había hecho caso. La obra era tan bonita que echó a llorar y pensó en todos los esfuerzos que han debido de hacer y el grupo en trabajo y la positividad y repitió para ella misma: es un milagro de la navidad.

Valvanuz Cueto
4º ESO

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